13/02/2017
La prevención y el tratamiento de esta patología es un reto para los sistemas de salud de todo el mundo ya que, además de constituir una enfermedad por si misma, participa de manera intensa en la aparición y desarrollo de otras patologías, entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares, causa principal de muerte en los países desarrollados y en los que se hallan en vías de desarrollo y generan un coste sanitario muy importante.
Independientemente de los diferentes fármacos que han demostrado su eficacia en el tratamiento de la HTA esencial, existen muchas investigaciones en las que se aboga en favor de los grandes beneficios del ejercicio físico tanto en el control preventivo como en el tratamiento de esta enfermedad. En la HTA han sido considerados muchos factores etiopatogénicos; entre ellos se podría destacar:
Al comenzar el tratamiento de un hipertenso sedentario con ejercicio físico hay que seguir unas pautas para evitar riesgos de crisis hipertensivas u otras patologías.
La prescripción de ejercicio físico en pacientes hipertensos siempre debe de ir acompañada de otros hábitos de vida saludables (reducción de la ingesta de sodio, pérdida de peso en obesos), y de medicación si es necesario.
Prácticamente, todas las investigaciones llegan a la conclusión de que la disminución, tanto en la TAS como en la TAD parece ser mayor en los sujetos hipertensos (-10/-8 mmHg) que en aquellos con HTA límite (-6/-7 mmHg), y que en los normotensos (-3/-3 mmHg).
La actividad más recomendable es el entrenamiento de resistencia aeróbica dinámica con programas de ejercicio que impliquen a grandes grupos musculares diseñados para aumentar la capacidad de resistencia aeróbica.
Respecto al entrenamiento de resistencia con cargas (fuerza), la mayoría de las investigaciones más recientes demuestran que cuando es realizado de forma regular, reduce la presión arterial en aproximadamente un 2% en la presión arterial sistólica y un 4% en la diastólica.
Hasta el momento no parece existir acuerdo sobre la intensidad de ejercicio más adecuada para conseguir una disminución significativa de la TA, habiéndose podido observar que una intensidad moderada produce disminuciones similares o incluso superiores a las producidas por una intensidad más elevada.
En función de las circunstancias pueden ser recomendables circuitos de ejercicio combinando trabajos de resistencia (con 10-15 repeticiones de cada uno) con ejercicios aeróbicos. Cada ejercicio se debe de programar durante un tiempo concreto y con intervalos de reposo entre cada aparato. La intensidad y la duración del programa de ejercicio se debe de ir incrementando progresivamente hasta alcanzar unos niveles óptimos.
Tipo de actividad: Principalmente actividad física aeróbica (de resistencia) combinada con trabajos de fuerza (al 50% de 1 RM). Duración: Entre 45 y 60 minutos de actividad física por día. Frecuencia: Al menos 5 días a la semana (3 de ellos incluirá 15 minutos de trabajos de fuerza). Intensidad: Moderada intensidad. Todas las sesiones deben de comenzar y terminar con l0 minutos de calentamiento o de enfriamiento y estiramientos.